Poemas Largos más Bellos y Memorables: 17 Obras Maestras de Amor, Vida, Amistad y más

50 Poemas Largos más Bellos: Obras Maestras de Amor, Vida, Amistad y más

¿Alguna vez te has sumergido en un poema tan cautivador que te ha transportado a otros mundos? Poemas largos, esos que despliegan historias épicas, sentimientos profundos y personajes inolvidables a lo largo de versos interminables, son tesoros literarios que nos invitan a un viaje sin igual.

¿Te apasionan las historias de amor que trascienden el tiempo? Los poemas de amor largos son ventanas a las emociones más intensas, desde la pasión ardiente hasta la ternura más dulce. ¿Buscas belleza en cada palabra? Los poemas largos y bonitos te cautivarán con su musicalidad y metáforas evocadoras.

Pero no solo de amor vive la poesía. Los poemas de amistad largos celebran esos lazos inquebrantables que nos unen, mientras que los poemas largos de la vida nos invitan a reflexionar sobre nuestra propia existencia. ¿Y qué hay de los más pequeños? Los poemas largos para niños despiertan la imaginación y el amor por la lectura.

Prepárate para explorar un universo de versos que te harán reír, llorar, soñar y, sobre todo, disfrutar de la magia de la poesía.

Poemas Largos

Los poemas largos son composiciones que, debido a su extensión, nos permiten explorar temas complejos y profundos con mayor detalle. A través de versos bien elaborados, estos poemas pueden llevarnos a un viaje emocional, abordando múltiples facetas de un tema.

1. Cien sonetos de amor – Pablo Neruda

– I –

Matilde, nombre de planta o piedra o vino,
de lo que nace de la tierra y dura,
palabra en cuyo crecimiento amanece,
en cuyo estío estalla la luz de los limones.

En ese nombre corren navíos de madera
rodeados por enjambres de fuego azul marino,
y esas letras son el agua de un río
que desemboca en mi corazón calcinado.

Oh nombre descubierto bajo una enredadera
como la puerta de un túnel desconocido
que comunica con la fragancia del mundo!

Oh invádeme con tu boca abrasadora,
indágame, si quieres, con tus ojos nocturnos,
pero en tu nombre déjame navegar y dormir.

– II –

Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso,
qué soledad errante hasta tu compañía!
Siguen los trenes solos rodando con la lluvia.
En Taltal no amanece aún la primavera.

Pero tú y yo, amor mío, estamos juntos,
juntos desde la ropa a las raíces,
juntos de otoño, de agua, de caderas,
hasta ser sólo tú, sólo yo juntos.

Pensar que costó tantas piedras que lleva el río,
la desembocadura del agua de Boroa,
pensar que separados por trenes y naciones

tú y yo teníamos que simplemente amarnos,
con todos confundidos, con hombres y mujeres,
con la tierra que implanta y educa los claveles.

– III –

Áspero amor, violeta coronada de espinas,
matorral entre tantas pasiones erizado,
lanza de los dolores, corola de la cólera,
por qué caminos y cómo te dirigiste a mi alma?

Por qué precipitaste tu fuego doloroso,
de pronto, entre las hojas frías de mi camino?
Quién te enseñó los pasos que hasta mí te llevaron?
Qué flor, qué piedra, qué humo mostraron mi morada?

Lo cierto es que tembló la noche pavorosa,
el alba llenó todas las copas con su vino
y el sol estableció su presencia celeste,

mientras que el cruel amor me cercaba sin tregua
hasta que lacerándome con espadas y espinas
abrió en mi corazón un camino quemante.

2. La voz a ti debida – Pedro Salinas

I

Tú vives siempre en tus actos.
Con la punta de lus dedos
Pulsas e mundo, le arrancas
auroras, triunfos, colores,
alegrías: es tu música.
La vida es lo que tú tocas.
De tus ojos, sólo de ellos,
sale la luz que te guía
los pasos. Andas
por lo que ves Nada mas.
Y si una duda te hace
señas a diez mil kilometros,
lo dejas todo, te arrojas
sobre proas, sobre alas,
estás ya allí; con Ios besos,
con los dientes la desgarras:
ya no es duda.
Tú nunca puedes dudar.
Porque has vuelto los misterios
del revés. Y tus enigmas,
lo que nunca entenderás,
son esas cosas tan claras:
la arena donde te tiendes,
la ınarcha de tu reló
y el tierno cuerpo rosado
que te encuentras en tu espejo
cada día al despertar,
y es el tuyo. Los prodigios
que están descífrados ya.
Y nunca te equivocaste,
más que una vez, una noche
que te encaprichó una sombra
—la unica que te ha gustado-.—.
Una sombra parecía.
Y la quisiste abrazar.
Y era yo.

II

No, no dejéis cerradas
las puertas de la noche,
del viento, del relámpago,
la de lo nunca visto.
Que estén abiertas siempre
ellas, las conocidas.
Y todas, las incógnitas,
las que dan
a los largos caminos
por trazar, en el aire,
a Ias rutas que están
buscándose su paso
con voluntad oscura
y aún no lo han encontrado
en puntos cardinales.
Poned señales altas,
maravillas, luceros;
que se vea muy bien
que es aquí, que está todo
queriendo recibirla.
Porque puede venir.
Hoy o mañana, o dentro
de mil años, o el día
penúltimo del mundo.
Y todo
tiene que estar tan llano
como la larga espera.
Aunque sé que es inútil.
Que es juego mío, todo,
el esperarla así
como a soplo o a brisa,
temiendo que tropiece.
Porque cuando ella venga
desatada, implacable,
para llegar a mí,
murallas, nombres, tiempos, ;
se quebrarían todos,
deshechos, traspasados
irresistiblemente
por el gran vendaval
de su amor, ya presencia.

3. Si tú me olvidas – Pablo Neruda

Quiero que sepas una cosa.
Tú sabes cómo es esto:
si miro la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco junto al fuego la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti, como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales, fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.
Ahora bien, si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.
Si de pronto me olvidas no me busques,
que ya te habré olvidado.
Si consideras largo y loco
el viento de banderas que pasa por mi vida
y te decides a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa que en ese día,
a esa hora levantaré los brazos
y saldrán mis raíces a buscar otra tierra.
Pero si cada día,
cada hora sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.

4. Aquí te amo – Pablo Neruda

Aquí te amo.
En los oscuros pinos se desenreda el viento.
Fosforece la luna sobre las aguas errantes.
Andan días iguales persiguiéndose.
Se desciñe la niebla en danzantes figuras.
Una gaviota de plata se descuelga del ocaso.
A veces una vela. Altas, altas estrellas.
O la cruz negra de un barco.
Solo.
A veces amanezco, y hasta mi alma está húmeda.
Suena, resuena el mar lejano.
Este es un puerto.
Aquí te amo.
Aquí te amo y en vano te oculta el horizonte.
Te estoy amando aún entre estas frías cosas.
A veces van mis besos en esos barcos graves,
que corren por el mar hacia donde no llegan.
Ya me veo olvidado como estas viejas anclas.
Son más tristes los muelles cuando atraca la tarde.
Se fatiga mi vida inútilmente hambrienta.
Amo lo que no tengo. Estás tú tan distante.
Mi hastío forcejea con los lentos crepúsculos.
Pero la noche llega y comienza a cantarme.
La luna hace girar su rodaje de sueño.
Me miran con tus ojos las estrellas más grandes.
Y como yo te amo, los pinos en el viento,
quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre.

5. Estar enamorado – Francisco Luis Bernárdez

Estar enamorado, amigos, es encontrar
el nombre justo a la vida.
Es dar al fin con las palabras que para hacer
frente a la muerte se precisa.
Es recobrar la llave oculta que abre la cárcel
en que el alma está cautiva.
Es levantarse de la tierra con una fuerza que
reclama desde arriba.
Es respirar el ancho viento que por encima de
la carne respira.
Es contemplar, desde la cumbre de la persona,
la razón de las heridas.
Es advertir en unos ojos una mirada verdadera
que nos mira.
Es escuchar en una boca la propia voz
profundamente repetida.
Es sorprender en unas manos ese calor de la
perfecta compañía.
Es sospechar que, para siempre, la soledad
de nuestra sombra está vencida.

Estar enamorado amigos, es descubrir dónde
se juntan cuerpo y alma.
Es percibir en el desierto la cristalina voz de
un río que nos llama.
Es ver el mar desde la torre donde ha quedado
prisionera nuestra infancia.
Es apoyar los ojos tristes en un paisaje de
cigüeñas y campanas.
Es ocupar un territorio donde conviven los
perfumes y las armas.
Es dar la ley a cada rosa y al mismo tiempo
recibirla de su espada.
Es confundir el sentimiento con una hoguera
que del pecho se levanta.
Es gobernar la luz del fuego y al mismo tiempo
ser esclavo de la llama.
Es entender la pensativa conversación del
corazón y la distancia.
Es encontrar el derrotero que lleva al reino de
la música sin tasa.

Estar enamorado, amigos, es adueñarse de
las noches y los días.
Es olvidar entre los dedos emocionados la
cabeza distraída.
Es recordar a Garcilazo cuando se siente la
canción de una herrería.
Es ir leyendo lo que escriben en el espacio las
primeras golondrinas.
Es ver la estrella de la tarde por la ventana de
una casa campesina.
Es contemplar un tren que pasa por la montaña
con las luces encendidas.
Es comprender perfectamente que no hay
fronteras entre el sueño y la vigilia.
Es ignorar en qué consiste la diferencia entre
la pena y la alegría.
Es escuchar a medianoche la vagabunda
confesión de la llovizna.
Es divisar en las tinieblas del corazón una
pequeña lucecita.

Estar enamorado, amigos,
es padecer espacio y tiempo con dulzura.
Es despertarse una mañana con el secreto de
las flores y las frutas.
Es libertarse de sí mismo y
estar unido con las otras criaturas.
Es no saber si son ajenas o son propias las
lejanas amarguras.
Es remontar hasta la fuente las aguas turbias
del torrente de la angustia.
Es compartir la luz del mundo y al mismo
tiempo compartir su noche obscura.
Es asombrarse y alegrarse de que la luna
todavía sea luna.
Es comprobar en cuerpo y alma que la tarea
de ser hombre es menos dura.
Es empezar a decir siempre,
y en adelante no volver a decir nunca.
Y es, además, amigos míos,
estar seguro de tener las manos puras.

6. Palabras para Julia – José Agustín Goytisolo

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.

Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.

Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.

Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.

Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

7. El amor existe – Cristina Peri Rossi

El amor existe
como un fuego
para abrasar en su belleza
toda la fealdad del mundo.

El amor existe
como un presente de las diosas
benignas
a quienes aman la belleza
y la multiplican,
como los panes y los peces.

El amor existe
como un don
sólo para quienes están dispuestas
a renunciar
a cualquier otro don.

El amor existe
para habitar el mundo
como si fuera
el paraíso
que un amante distraído perdió
por pereza
por falta de sabiduría.

El amor existe
para que estallen los relojes
lo largo se vuelva corto

lo breve infinito

y la belleza borre
la fealdad del mundo.

Poemas de Amor Largos

El amor ha sido una fuente inagotable de inspiración para poetas de todas las épocas. Los poemas de amor largos nos permiten explorar este sentimiento en todas sus dimensiones, desde la pasión ardiente hasta el amor sereno y duradero.

8. Rimas – Gustavo Adolfo Bécquer

– III –

Sacudimiento extraño
que agita las ideas,
como el huracán empuja
las olas en tropel;
murmullo que en el alma
se eleva y va creciendo,
como volcán que sordo
anuncia que va a arder;
deformes siluetas
de seres imposibles;
paisajes que aparecen
como a través de un tul;
colores, que fundiéndose
remedan en el aire
los átomos del iris,
que nadan en la luz;
ideas sin palabras,
palabras sin sentido;
cadencias que no tienen
ni ritmo ni compás;
memorias y deseo
de cosas que no existen;
accesos de alegría,
impulsos de llorar;
actividad nerviosa
que no halla en qué emplearse;
sin rienda que lo guíe
caballo volador;
locura que el espíritu
exalta y enardece;
embriaguez divina
del genio creador…
¡Tal es la inspiración!
Gigante voz que el caos
ordena en el cerebro,
y entre las sombras hace
la luz aparecer;
brillante rienda de oro
que poderosa enfrena
de la exaltada mente
el volador corcel;
hilo de luz que en haces
los pensamientos ata;
sol que las nubes rompe
y toca en el cenit;
inteligente mano
que en un collar de perlas
consigue las indóciles
palabras reunir;
armonioso ritmo
que con cadencia y número
las fugitivas notas
encierra en el compás;
cincel que el bloque muerde
la estatua modelando,
y la belleza plástica
añade a la ideal;
atmósfera en que giran
con orden las ideas,
cual átomos que agrupa
recóndita atracción
raudal en cuyas ondas
su sed la fiebre apaga;
oasis que al espíritu
devuelve su vigor…
¡Tal es nuestra razón!
Con ambas siempre lucha
y de ambas vencedor,
tan sólo el genio puede
a un yugo atar las dos.

9. A un olmo seco – Antonio Machado

Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.

No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.

Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.

Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

Poemas Largos y Bonitos

Un poema largo y bonito no solo se trata de la extensión, sino también de la belleza de sus palabras y la forma en que estas se entrelazan para crear imágenes vividas y emocionantes.

10. La balada del agua del mar – Federico García Lorca

El mar
sonríe a lo lejos.
Dientes de espuma,
labios de cielo.

¿Qué vendes, oh joven turbia
con los senos al aire?

Vendo, señor, el agua
de los mares.

¿Qué llevas, oh negro joven,
mezclado con tu sangre?

Llevo, señor, el agua
de los mares.

Esas lágrimas salobres
¿de dónde vienen, madre?

Lloro, señor, el agua
de los mares.

Corazón, y esta amargura
seria, ¿de dónde nace?

¡Amarga mucho el agua
de los mares!

El mar
sonríe a lo lejos.
Dientes de espuma,
labios de cielo.

11. Nombres – Vicente Aleixandre

Mía eres. Pero otro
es aparentemente tu dueño. Por eso,
cuando digo tu nombre,
algo oculto se agita en mi alma.
Tu nombre suave, apenas pasado delicadamente por mi labio.
Pasa, se detiene, en el borde un instante se queda,
y luego vuela ligero, ¿quién lo creyera?: hecho puro sonido.
Me duele tu nombre como tu misma dolorosa carne en mis labios.
No sé si él emerge de mi pecho. Allí estaba
dormido, celeste, acaso luminoso. Recorría mi sangre
su sabido dominio, pero llegaba un instante
en que pasaba por la secreta yema donde tú residías,
secreto nombre, nunca sabido, por nadie aprendido,
doradamente quieto, cubierto solo, sin ruido, por mi leve sangre.
Ella luego te traía a mis labios. Mi sangre pasaba
con su luz todavía por mi boca. Y yo entonces estaba hablando con alguien
y arribaba el momento en que tu nombre con mi sangre pasaba por mi labio.
Un instante mi labio por virtud de su sangre sabía
a ti, y se ponía dorado, luminoso: brillaba de tu sabor sin que nadie lo viera.

Oh, cuán dulce era callar entonces, un momento. Tu nombre,
¿decirlo? ¿Dejarlo que brillara, secreto, revelado a los otros?
Oh, callarlo, más secretamente que nunca, tenerlo en la boca, sentirlo
continuo, dulce, lento, sensible sobre la lengua, y luego, cerrando los ojos,
dejarlo pasar al pecho
de nuevo, en su paz querida, en la visita callada
que se alberga, se aposenta y delicadamente se efunde.

Hoy tu nombre está aquí. No decirlo, no decirlo jamás, como un beso
que nadie daría, como nadie daría los labios a otro amor sino al suyo.

Poemas de Amistad Largos

La amistad es otro tema que ha inspirado numerosos poemas a lo largo de la historia. Los poemas largos de amistad celebran los lazos que nos unen a nuestros amigos más cercanos, aquellos que han estado con nosotros en las buenas y en las malas.

12. Elegía a Ramón Sijé – Miguel Hernández

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

Poemas Largos con Autor

A lo largo de la historia, muchos poetas han creado obras maestras en forma de poemas largos. A continuación, algunos ejemplos de estos poetas y sus poemas más famosos.

13. Piedra de sol – Octavio Paz

Un poema circular que explora la relación entre el amor, el tiempo y la existencia, con un estilo complejo y una gran riqueza simbólica.

Un sauce de cristal, un chopo de agua,
un alto surtidor que el viento arquea,
un árbol bien plantado mas danzante,
un caminar de río que se curva,
avanza, retrocede, da un rodeo
y llega siempre:
un caminar tranquilo
de estrella o primavera sin premura,
agua que con los párpados cerrados
mana toda la noche profecías,
unánime presencia en oleaje,
ola tras ola hasta cubrirlo todo,
verde soberanía sin ocaso
como el deslumbramiento de las alas
cuando se abren en mitad del cielo,

un caminar entre las espesuras
de los días futuros y el aciago
fulgor de la desdicha como un ave
petrificando el bosque con su canto
y las felicidades inminentes
entre las ramas que se desvanecen,
horas de luz que pican ya los pájaros,
presagios que se escapan de la mano,

una presencia como un canto súbito,
como el viento cantando en el incendio,
una mirada que sostiene en vilo
al mundo con sus mares y sus montes,
cuerpo de luz filtrado por un ágata,
piernas de luz, vientre de luz, bahías,
roca solar, cuerpo color de nube,
color de día rápido que salta,
la hora centellea y tiene cuerpo,
el mundo ya es visible por tu cuerpo,
es transparente por tu transparencia,

voy entre galerías de sonidos,
fluyo entre las presencias resonantes,
voy por las transparencias como un ciego,
un reflejo me borra, nazco en otro,
oh bosque de pilares encantados,
bajo los arcos de la luz penetro
los corredores de un otoño diáfano,

voy por tu cuerpo como por el mundo,
tu vientre es una plaza soleada,
tus pechos dos iglesias donde oficia
la sangre sus misterios paralelos,
mis miradas te cubren como yedra,
eres una ciudad que el mar asedia,
una muralla que la luz divide
en dos mitades de color durazno,
un paraje de sal, rocas y pájaros
bajo la ley del mediodía absorto,

vestida del color de mis deseos
como mi pensamiento vas desnuda,
voy por tus ojos como por el agua,
los tigres beben sueño de esos ojos,
el colibrí se quema en esas llamas,
voy por tu frente como por la luna,
como la nube por tu pensamiento,
voy por tu vientre como por tus sueños,
tu falda de maíz ondula y canta,
tu falda de cristal, tu falda de agua,
tus labios, tus cabellos, tus miradas,
toda la noche llueves, todo el día
abres mi pecho con tus dedos de agua,
cierras mis ojos con tu boca de agua,
sobre mis huesos llueves, en mi pecho
hunde raíces de agua un árbol líquido,

Poemas Largos de la Vida

La vida, con todas sus alegrías y penas, ha sido una fuente constante de inspiración para los poetas. Los poemas largos que tratan sobre la vida nos ofrecen reflexiones profundas y a menudo filosóficas sobre nuestra existencia y el mundo que nos rodea.

14. Sonetos de la muerte – Gabriela Mistral

Aunque el título alude a la muerte, este conjunto de sonetos explora el amor profundo y el duelo en un lenguaje evocador y emotivo.

I

Del nicho helado en que los hombres te pusieron,
te bajaré a la tierra humilde y soleada.
Que he de dormirme en ella los hombres no supieron,
y que hemos de soñar sobre la misma almohada.

Te acostaré en la tierra soleada con una
dulcedumbre de madre para el hijo dormido,
y la tierra ha de hacerse suavidades de cuna
al recibir tu cuerpo de niño dolorido.

Luego iré espolvoreando tierra y polvo de rosas,
y en la azulada y leve polvareda de luna,
los despojos livianos irán quedando presos.

Me alejaré cantando mis venganzas hermosas,
¡porque a ese hondor recóndito la mano de ninguna
bajará a disputarme tu puñado de huesos!

II

Este largo cansancio se hará mayor un día,
y el alma dirá al cuerpo que no quiere seguir
arrastrando su masa por la rosada vía,
por donde van los hombres, contentos de vivir…

Sentirás que a tu lado cavan briosamente,
que otra dormida llega a la quieta ciudad.
Esperaré que me hayan cubierto totalmente…
¡y después hablaremos por una eternidad!

Sólo entonces sabrás el por qué no madura
para las hondas huesas tu carne todavía,
tuviste que bajar, sin fatiga, a dormir.

Se hará luz en la zona de los sinos, oscura;
sabrás que en nuestra alianza signo de astros había
y, roto el pacto enorme, tenías que morir…

III

Malas manos tomaron tu vida desde el día
en que, a una señal de astros, dejara su plantel
nevado de azucenas. En gozo florecía.
Malas manos entraron trágicamente en él…

Y yo dije al Señor: -«Por las sendas mortales
le llevan. ¡Sombra amada que no saben guiar!
¡Arráncalo, Señor, a esas manos fatales
o le hundes en el largo sueño que sabes dar!

¡No le puedo gritar, no le puedo seguir!
Su barca empuja un negro viento de tempestad.
Retórnalo a mis brazos o le siegas en flor»

Se detuvo la barca rosa de su vivir…
¿Que no sé del amor, que no tuve piedad?
¡Tú, que vas a juzgarme, lo comprendes, Señor!

Poemas Largos para Niños

Los poemas largos también pueden ser una excelente herramienta para introducir a los niños en el mundo de la poesía. Estos poemas, aunque más simples en su lenguaje, pueden ser igualmente profundos y significativos.

15. El mar – Pablo Neruda

NECESITO del mar porque me enseña:
no sé si aprendo música o conciencia:
no sé si es ola sola o ser profundo
o sólo ronca voz o deslumbrante
suposición de peces y navios.
El hecho es que hasta cuando estoy dormido
de algún modo magnético circulo
en la universidad del oleaje.
No son sólo las conchas trituradas
como si algún planeta tembloroso
participara paulatina muerte,
no, del fragmento reconstruyo el día,
de una racha de sal la estalactita
y de una cucharada el dios inmenso.

Lo que antes me enseñó lo guardo! Es aire,
incesante viento, agua y arena.

Parece poco para el hombre joven
que aquí llegó a vivir con sus incendios,
y sin embargo el pulso que subía
y bajaba a su abismo,
el frío del azul que crepitaba,
el desmoronamiento de la estrella,
el tierno desplegarse de la ola
despilfarrando nieve con la espuma,
el poder quieto, allí, determinado
como un trono de piedra en lo profundo,
substituyó el recinto en que crecían
tristeza terca, amontonando olvido,
y cambió bruscamente mi existencia:
di mi adhesión al puro movimiento.

16. La tarara – Federico García Lorca

La Tarara, sí;
la tarara, no;
la Tarara, niña,
que la he visto yo.
Lleva la Tarara
un vestido verde
lleno de volantes
y de cascabeles.
La Tarara, sí;
la tarara, no;
la Tarara, niña,
que la he visto yo.
Luce mi Tarara
su cola de seda
sobre las retamas
y la hierbabuena.
Ay, Tarara loca.
Mueve, la cintura
para los muchachos
de las aceitunas.

Poemas Largos que Rimen

La rima añade una musicalidad especial a los poemas, haciendo que su lectura sea aún más placentera. Los poemas largos que riman pueden ser especialmente hipnóticos, llevándonos a un ritmo constante que resuena en nuestro interior.

17. Oda al corazón de la amada – José María Valverde

Tu antiguo corazón adolescente
repósalo en mis manos, y que se abra
en historias, aromas muertos,
campanas y ecos de campanas.

Vienes hasta hoy para contarme,
bajas desde los montes de tu infancia,
el delantal lleno de flores
y el miedo del pinar en la mirada.

Ven y quiéreme tú también; ya sabes
lo poco que es vivir; descansa
tu desamparo en el mío, contándome
tu edad de niña, sin palabras.

Tú, como yo, al volver de costas,
o de bosques, o de montañas,
frente a la vida o a la primavera
o en la orilla del año que se acaba,

piensas: las cosas pasan más deprisa
que nuestros ojos pueden contemplarlas.
Para soñar cada minuto
vivido, un año haría falta.

Quieres tener los días muertos
releídos, igual que cartas,
haber libado toda su nobleza
para ese día en que ante el Señor vayas.

Vuelves, soñándolas despacio,
a las fugaces cosas que dejabas
apenas rozadas; no queden
allá, a medio exprimir, como naranjas.

Vas ahora a mejorar todo
pues lo que fue, después de muerto, cambia;
así en los hijos los padres difuntos
y la luz de la vieja casa.

Juntas uno por uno los juguetes
del recuerdo, las leves barcas
de pesca, con el nombre en letras negras
sobre la proa verde y blanca,

cuando, a la tarde, el alto rompeolas
las recibe en su sombra vasta;
las estaciones en el llano,
los cielos al trasluz del sol que marcha…

Pero ahora que yo te quiero
reúne con las mías tus estampas;
como niños con sus sellos del mundo,
del color de tierras extrañas.

Recorreremos juntos los barbechos
sin espigar, de horas gastadas;
hablaremos despacio por las tardes,
revolviendo las hondas arcas.

Que cuanto fue nos dé su sangre,
ahora que es tiempo, no se torne en nada,
y de esta poquedad llevemos
un día a Dios nuestras manos colmadas.

Confundidas las dos memorias
nuestros ayeres uno sólo se hagan,
y de él, en común sueño poseyéndolo,
nuestro futuro único nazca.

Hilando así la tela de recuerdos
que llevaremos de mortaja,
doblaremos con días del pasado
todos los días del mañana.

Cada hora con un recuerdo
emparejada y resonando, cada
imagen tuya por entre las mías
enredándose equivocada,

todo en tal confusión crezca y dé fruto,
lo que pasó con lo que pasa,
y cada cosa se desdoble en tiempo;
como tu corazón, amada,

que huele a antiguas primaveras
y sin fin se despliega y se derrama
en sones, y ecos, y ecos de eco,
como las campanadas recordadas…

Preguntas Frecuentes

¿Cuáles son los poemas más largos?

Algunos de los poemas más largos de la historia incluyen:

El Mahabharata: Un poema épico de la India con más de 200,000 versos.
La Divina Comedia: La obra maestra de Dante Alighieri, dividida en tres partes (Infierno, Purgatorio y Paraíso).
El Shahnameh: Un poema épico persa que narra la historia de Irán desde la creación del mundo hasta la conquista islámica.

¿Cuáles son los 10 mejores poemas?

La elección de los «mejores» poemas es subjetiva, pero algunos de los más aclamados incluyen:

«La Ilíada» y «La Odisea» de Homero
«La Divina Comedia» de Dante Alighieri
«El Cantar de los Cantares» (anónimo)
«Fausto» de Goethe
«El Quijote» de Miguel de Cervantes
«Hojas de Hierba» de Walt Whitman
«Canto General» de Pablo Neruda
«La Tierra Baldía» de T.S. Eliot
«Romeo y Julieta» de Shakespeare
«El Cuervo» de Edgar Allan Poe

¿Cuál es el poema más famoso?

Es difícil determinar cuál es el poema más famoso, pero «Romeo y Julieta» de Shakespeare es sin duda uno de los más conocidos y representados en todo el mundo.

¿Qué poema le puedo dedicar a una mujer?

Existen muchos poemas hermosos que puedes dedicar a una mujer, dependiendo de tus sentimientos y la ocasión. Algunos clásicos incluyen:

«Soneto XXIII» de Garcilaso de la Vega
«Amor Eterno» de Gustavo Adolfo Bécquer
«A una nariz» de Francisco de Quevedo (si buscas algo más humorístico)
«Eres» de Pablo Neruda

¿Cómo se llama el poema de 10 versos?

Un poema de 10 versos puede tener diferentes nombres según su estructura y rima. Algunos ejemplos son el sonetillo, la décima o simplemente un poema de 10 versos.

¿Qué movimiento representa Oliverio Girondo?

Oliverio Girondo fue un poeta argentino que representó al vanguardismo, específicamente al movimiento surrealista.

¿Qué poema tiene 14 versos?

El soneto es una forma poética clásica que consta de 14 versos.

¿Qué forma poética tiene 14 versos?

El soneto es la forma poética más conocida que tiene 14 versos.

¿Qué son 5 versos?

Un conjunto de 5 versos se llama quintilla si tiene rima consonante o quinteto si no tiene rima.

¿Cómo se llaman las estrofas de 13 versos?

No existe un nombre específico para una estrofa de 13 versos, pero se puede encontrar en poemas extensos o experimentales.

¿Cuál es la rima ABBA?

La rima ABBA es un esquema de rima consonante en el que los versos primero y cuarto riman entre sí, al igual que los versos segundo y tercero.

¿Cómo se llama un poema de 9 versos?

No existe un nombre específico para un poema de 9 versos, pero puede ser una estrofa dentro de un poema más largo o un poema corto independiente.

Conclusión

La poesía es un reflejo de nuestra humanidad, y los poemas largos nos brindan una oportunidad única para explorar y expresar nuestras emociones y pensamientos más profundos. Ya sea que hablemos de amor, amistad, vida o cualquier otro tema, los poemas largos tienen la capacidad de tocar nuestras almas de una manera especial.

Espero que este recorrido por los poemas largos te haya inspirado tanto como a mí. No dudes en sumergirte en el mundo de la poesía y dejar que las palabras te lleven a lugares maravillosos. ¡La poesía es un viaje que vale la pena emprender!

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